DE OUARZAZATE A MERZHOUGA

Ayer y como ya es costumbre castañita con Antonio (en la foto), este hombre es my perdición, baile berebere, chicas marroquís y cerbezas Casablanca, a dormir un pelín tarde.
Lo más maravillosos de este exótico país es el cambio de paisajes, la mezcla de colores, y cuando conduces sin casco y cara al viento aún lo notas más.
Cruzando aldeas y pueblos vamos adelantando kilómetros y cada vez más se nota el calor del desierto.
Así como en el Norte y hasta Marrakech o Ourzazate las tendencias europeas son patentes a partir de ahi y hacia el Sur, estas desaparecen totalmente y sin llegar a las costumbres islamistas de otros paises, los y las bereberes visten sus "lgunak", turbantes para los ignorantes, de vivos colores con la cara descubierta y devolviendo la sonrisa a estos lúnaticos que conduce bajo el sol.
Que construcciones, amigos, que colores, que oasis y además que compañía, pero, siempre hay un pero, la bateria de mi cámara se termina y lo que viene no es ninguna tontería.
La organizacion nos lleva hasta TODRA, una gaganta por la que corre un río entre unas pardes de mas de 80 mts. de altura, una imagen increible, ahí nos prepara un picnic que no se lo salta un torero, buena pitanza, risas y otra vez a la carretera.
Seguimos cruzando aldeas y el paisaje cambia de color, a medida que avanzamos la vegetacion va desapaaeciendo asimismo las montañas van quedando atrás.
Un sinfin de Kms. bajo un sol y un aire abrasador, de vez en cuando pequeños tornados se forman en el pedregal levantando arena y haciendo girar papeles y hierbajos.
Pepe en una curva y charlando conmigo hizo "un recto", sin ninguna consecuencia pero nos tuvo riendo media hora.
La arena empieza al llegar hasta el asfalto un remolino en el centro de este nos golpea la cara, vamos sin casco.
Aparecen las primeras dunas, que espectáculo, de un color naranja ocupan todo el horizonte, apetece gritar.
Giro a la izquierad y a 1 Km. aproximadamente se dibuja una construcción de adobe junto a una gran duna rodeada de otras mas bajas y un cartel anuncia "AUBERGE ALI EL COJO" nuestro destino.
Ese Km.es sobre pista de piedras y arena, hay que ir con cuidado.
Al llegar, Antonio y Pedro han dejado caer sus maquinas sobre la arena acumulada en la entrada, dicen que no han caido, solo han dejado apoyar sus maquinas.
!!!!Claro como el Juanma es tonto¡¡¡¡¡
La llegada al alberge es como una bendición, piscina y siesta.
Una cena berebere en el comedor de Alí, y yo no puedo más y a dormir.
Ellos, Ramon, Leo, Pepe, Pepa, Luis, May (sin Rafa, su marido) y tal vez alguien más se fueron a las dunas a fumar "unos cigarrillos de la risas" y ver el cielo estrellado con la media luna en su esplendor, el regreso un pelín accidentado, furgo hundida en la arena con el consiguiente cachondeo y sudada para poder sacarla de la trampa.
Ramón estuvo de un pelo de salir linchado porque su talante negativo puso de los nevios a la mayoría de los fumetas.
Hasta mañana.