
Quisimos dejar la autopista de lado y toma carreteras vecinales, el trayecto de Cullera a Morella prometía el cruce de algunas sierras no conocidas.


Nules, Villa-real, Borriol, La Pobla de Tornesa, Vall d'Alba y en esta villa ya la altura empezaba a hacernos notar el fresquito del invierno, ya las cumbres de los montes peinaban canas, o lo que es lo mismo estaban nevadas.

Entramos en El Maestrazgo por Atzeneta, arreciaba el frío, la claridad del día lo hacía más llevadero pero no dejaba de ser frío, quien diría que un piloto curtido en las frías tierras del Circulo Polar Artico iba a decir esto, pero joder que frío.
La Tore d'en Besora nos abría el paso al paisaje panorámico que cruzando Benassal nos ofrecía Mole d'Ares a 1.318 mts. seguíamos con mucho frio, pero muy contentos.
Ya los nombres de las poblaciones recordaban los poemas del Mio Cid, al mismo tiempo que las ruinas de castillos a casas nos transportaban a tiempos pasados, no quiero equivocarme pero creo que fue en el mirador de las Cabritillas desde donde tuvimos la primera visión de la colina donde se sienta la villa de Morella, impresionante la vista desde ese mirador.


Comida y siesta, paseo por las empedradas calles de la ciudad, y vista obligada al Bar de Pere, donde y como de costume fuimos recibidos con la mayor de las atenciones, eso sí, esperando la llegada del hijo predilecto de la villa, Don Felipe.
Cena a base de escabeches artesanos, de conejo, de codorniz y algún otro que he olvidado, luego unas copas entre


Ya es Sábado, las bandas suenan por las calles y es casi imposible dormir desde muy temprano, las calles estan atiborradas de gente de visita, eso sí, todos abrigadísimos.
Mientras Carolina y yo comíamos en un restaurante cerca del hotel empezamos a ver caras conocidas paseando por la calle, yo desconocía el número de pilotos que venían, pero cada vez eran más. Junto a ellos y de vez en cuando jinetes con los atuendos típicos de la fiesta de San Antonio alegran la vista.
Eduard entra por la puerta a saludarnos, al poco rato Miguel y Felipe, luego Pepe, Olga y Majo. Me cuentan que teníamos mesa reservada en el hotel para comer todos juntos.
Terminando de comer nos acercamos al hotel y cual no sería mi sorpresa al ver una gran mesa completa y llena de amigos del Chapter, que alegría, calculo que hay mas de 50 asistentes, felicidades a los organizadores de la salidita y al Chapter.


A las 22 h sale el primer autobús para Vilores, pueblo de Felipe, y allí el desmadre aún supera al de las calles de Morella, entre vinos caseros,

La discoteca de Vilores nos acogió del frio hasta la 1,30h. de la madrugada.
Al legar a Morella visita obligada al Pub, como no estaba muy ambientado Felipe, Nen y Carmen, Carolina y yo decidimos ver el concierto con orquesta incluida que daban en el polideportivo, vaya fiestón tenían montado los del pueblo,

Despertar con el sonido de las campanas no deja de ser algo que a todo el undo le gusta, tiene un sabor así como más bucólico, no?
Motos cargadas, despedidas, viaje de vuelta con comida abundante en un pueblecito del camino, conducir en buena compañia y saber que tu pareja está disfrutando de lo mismo que tu disfrutas, son placeres que estan reservados a unos pocos privilegiados, tengo el honor de estar entre ellos, que me dure y que vosotros lo disfruteis conmigo.
Las fotos están en la galeria, son vuestras
Hasta pronto